La mañana está radiante y suave. Pude llegar al fondo del mar con mi submarino. Desde mi posición veo un paisaje sumamente divertido y tranquilo que me permite navega y explorar.
Un sonido extraño que me asusta un poco me puso tan atenta al viaje que no saqué la vista del mar.
A la mitad del trayecto me quedé dormida luego...
Una luz intensa me despertó.
Sin querer mis piernas se adormecieron y no pude apretar el acelerador del vehículo.
Luego logro despertarlas y seguí , seguí y seguí mi camino. Al ver que el mar estaba demasiado oscuro encendí las luces y seguí mi camino hasta llegar a Sidney y me quedé por un tiempo en esa ciudad.
A. 6ª a
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